La comunidad del Pinar se ha caracterizado por el trabajo, su mancomunidad, la innovación y una firme decisión cuando hacen las cosas. En 1995 se dispusieron a levantar la estructura del templo católico junto a la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa (ADESJO) y lograron ponerla a nivel de techo, pero 16 años despúes continúan las 4 paredes esperando que el mismísimo Dios se apiade de los fieles católicos.
Han pasado gobiernos, sindicaturas, tormentas y hasta la muerte del Papa Juan Pablo II, pero nadie se ha dispuesto a terminar esta construcción donde se debería estar llevando la palabra de Dios de una forma digna, por el contrario, tienen que recibir las novenas que se realizan en patronales al aire libre y rezar para que no llueva.
En 1996 fue visitada por un supervisor de Obras del Estado oriundo de esta comunidad, pero eso no pasó de una simple visita. La iglesia católica tiene grandes templos en todo el país, donde también tienen costosos objetos de oro cercanos al Cardenal Dominicano, Nicolás de Jesús López, pero lo que al parecer no tiene es el interés de las comunidades como éstas tengan un templo en condiciones.
Los templos protegen de las inclemencias del tiempo cuando los feligreses se reunen en nombre de Dios; estamos de acuerdo que el verdadero templo de Dios es el hombre y que no mora en templos de piedras, sino en el corazón de las personas, pero como llevar la palabra y congregar más fieles católicos cuando no ofrecen las condiciones. Estas no son obras que deben hacer los pueblos necesariamente, ésto debe ser un compromiso del Estado o de la propia Iglesia Católica, pues no se trata de un centro de corrupción, sino un lugar para buscar en conjunto la plenitud de la presencia de Dios.
Han pasado gobiernos, sindicaturas, tormentas y hasta la muerte del Papa Juan Pablo II, pero nadie se ha dispuesto a terminar esta construcción donde se debería estar llevando la palabra de Dios de una forma digna, por el contrario, tienen que recibir las novenas que se realizan en patronales al aire libre y rezar para que no llueva.
En 1996 fue visitada por un supervisor de Obras del Estado oriundo de esta comunidad, pero eso no pasó de una simple visita. La iglesia católica tiene grandes templos en todo el país, donde también tienen costosos objetos de oro cercanos al Cardenal Dominicano, Nicolás de Jesús López, pero lo que al parecer no tiene es el interés de las comunidades como éstas tengan un templo en condiciones.
Los templos protegen de las inclemencias del tiempo cuando los feligreses se reunen en nombre de Dios; estamos de acuerdo que el verdadero templo de Dios es el hombre y que no mora en templos de piedras, sino en el corazón de las personas, pero como llevar la palabra y congregar más fieles católicos cuando no ofrecen las condiciones. Estas no son obras que deben hacer los pueblos necesariamente, ésto debe ser un compromiso del Estado o de la propia Iglesia Católica, pues no se trata de un centro de corrupción, sino un lugar para buscar en conjunto la plenitud de la presencia de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario